lunes, 2 de noviembre de 2009

VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE

Por : Antonio Flores Gavilán
Aqui Presentamos la vida y obra de este insigne hombre que es patrimonio de todos los peruanos, su mensaje y reflexión lo coloca como uno de los mas importantes reformadores sociales que ha tenido America Latina, su obra aun esta vigente y es motivo de analisis y comentarios a 30 años de su partida material de esta sagrada tierra que lo vio nacer, es necesario saber mas de quien fue este profeta secular, y como su doctrina ha influido a muchas generaciones de peruanos, aun fuera de los linderos de su obra politica el APRA, podemos afirmar que existe un Apra ecumenica no militante, porque indudablemente es un referente obligado quienes creen en la justicia social, el pan con libertad, el autentico integracionismo latinoamericano.

Como alguna vez dijera VRHT en un celebre discurso el 8 de Diciembre de 1931 conocido como profetico dijo : "A Palacio llega cualquiera se compra con oro o se conquista con fusiles, pero antes que llegar a Palacio hay que llegar a la conciencia del pueblo y la conciencia del pueblo se llega con la luz de una doctrina y con el ejemplo glorioso del sacrificio".

Su vida grafico exactamente eso, y ahora mismo su alma inmortal esta viajando a las estrellas.

Víctor Raúl Haya de la Torre

Breve biografía
Víctor Raúl Haya de la Torre nació en Trujillo, departamento de La Libertad, en el norte del Perú, el 22 de febrero de 1895, del matrimonio de don Raúl Edmundo Haya y Cárdenas, periodista, fundador del diario La Industria de Trujillo, y doña Zoila Victoria de la Torre. Fue el mayor de cinco hermanos, dos mujeres y tres varones. Víctor Raúl realizó sus estudios escolares en el Colegio de San Carlos y San Marcelo de Trujillo, conocido como El Seminario, entonces dirigido por sacerdotes lazaristas. Luego siguió estudios de Filosofia y Letras en la Universidad Nacional de Trujillo. Allí dio sus primeros pasos en la política como dirigente del Centro Universitario. Fue también activo integrante del grupo artisticoliterario "La Bohemia de Trujillo", junto a Antenor Orrego, Jose Eulogio Garrido, Cesar Vallejo, Alcides Spelucín y otros. En 1917 se trasladó a Lima, prosiguiendo, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, sus estudios de Jurisprudencia y Ciencias Políticas y Administrativas. Colaboró en diarios y revistas de Lima, entablando gran amistad con los escritores Abraham Valdelomar y Alberto Hidalgo.

La alianza obrero-estudiantil
En 1917 viajó al Cusco, donde estudió y trabajó, tomando contacto con la dura realidad del problema indígena. Al año siguiente volvió a San Marcos y fue uno de los principales líderes de la reforma universitaria, eco de la de Córdoba, Argentina. En enero de 1919 prestó su colaboración, al lado de una comisión estudiantil, a la lucha obrera por la jornada de ocho horas, coadyuvando poderosa mente al logro de esta reivindicación social. El 6 de octubre de 1919 fue elegido presidente de la Federación de Estudiantes del Perúi, cargo desde el cual dio feliz continuidad a la reforma universitaria y a la solidaridad con los trabajadores.
En 1920 organizó y presidió el primer Congreso de Estudiantes Peruanos, en Cusco, del cual surgió la subsiguiente creación de las Universidades Populares que, en 1921, tomarían el nombre del prócer libertario Manuel González Prada. En 1922 viajó en misión estudiantil, a Uruguay, Argentina y Chile, pese a que con este último país el Perú no mantenía relaciones diplomáticas.
El 23 de mayo de 1923 encabezó el frente único obreroestudiantil, extendido a otros grupos de origen liberal, que se opuso victoriosamente a la Consagración del Perú al Corazón de Jesús, medida que significaba un retroceso en cuanto a la tolerancia religiosa imperante desde 1915 y una legitimación de la dictadura de Leguía. La contundente protesta popular frustró ese proyecto.
Desde entonces Haya de la Torre fue duramente perseguido por el dictador Leguía. Fundó y fue el primer director de la revista Claridad, con el apoyo de José Carlos Mariátegui. Publicó desde la clandestinidad un combativo folleto: Dos carlas de Haya de la Torre. Siendo nuevamente elegido presidente de la Federación de Estudiantes del Perú, el 2 de octubre de 1923, fue apresado, recayendo el cargo en Manuel Seoane. Fue deportado por Leguía el 9 de octubre de ese año. No regresaría hasta agosto de 1931.

La gestación del APRA
Desde el exilio, Haya de la Torre realiza una intensa labor de denuncia del leguiísmo, y de articulación de las juventudes y los trabajadores de América Latina en torno a objetivos comunes, el principal de ellos: el antiimperialismo. Un primer gran hito de este peregrinaje es su presencia en La Habana en noviembre de 1923, al inaugurarse la Universidad Popular José Martí, siendo presidente de la Federación de Estudiantes de Cuba Julio Antonio Mella. El 7 de mayo de 1924 hace entrega a la Federación de Estudiantes de México de la bandera indoamericana, invocando a un frente único antiimperialista de trabajadores y estudiantes. Este es el punto de partida de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA).

En julio de 1924, después de haber sido secretario de José Vasconcelos, emprendió viaje a Rusia para conocer de cerca su revolución; permaneció en la patria de Lenin hasta setiembre de 1924. Luego visita Suiza, Italia y Francia, organizando a los exiliados latinoamericanos en torno al proyecto del APRA. En julio de 1925 se matricula en The London School of Economics y después en la Universidad de Oxford. Entretanto, en setiembre de 1926, José Carlos Mariátegui funda la revista Amauta, simpatizante del APRA, donde Víctor Raúl publica importantes artículos de difusión del aprismo. La revista laborista inglesa Labour Monthly publica en diciembre de 1926 (N. 12, vol. 8, p. 756) el artículo de Haya de la Torre "What is the APRA?" ("¿Qué es el APRA?"), que fundamenta los cinco puntos del programa máximo aprista. En febrero de 1927 Haya de la Torre concurre, como delegado del APRA, al Congreso Mundial Antiimperialista realizado en Bruselas; en él se definieron las diferencias esenciales entre el APRA y los partidos comunistas.
A fines de 1927 Haya de la Torre vuelve a México donde instalaría la jefatura del aprismo que ya cuenta con sus primeras secciones nacionales en Centro y Suramérica. Funda en México la revista Indoamérica, mientras en Buenos Aires aparece su libro Por la emancipación de América Latina. A comienzos de 1928 escribe El antiimperialismo y el APRA, que no se publicará hasta 1936. La preocupación de Haya de la Torre por dar apoyo militante a la lucha de Sandino en Nicaragua y su exigencia de una política más severa hacia el dictador Leguía conducen a una crisis y rompimiento con el grupo limeño de Amauta, entre febrero de 1928 y abril de 1929, que repercute fuertemente entre los círculos de exiliados.

Conspiracion y destierro europeo
Haya de la Torre realiza una intensa actividad en toda América Central en campaña contra el imperialismo yanqui y promoviendo la unidad continental. Los dictadores centroamericanos, instigados por los diplomáticos yanquis y peruanos, logran hacerlo expulsar de Nicaragua y Guatemala. Haya de la Torre encuentra entonces, en El Salvador, a un ex condiscípulo suyo, militar peruano, con quien convino en setiembre de 1928 un plan insurreccional para el Perú. La conspiración se frustró tanto por la negativa del grupo de Amauta que dirigía Mariátegui, como por la intervención de la Legación norteamericana en Panamá, aliada con el dictador Leguía. Consiguen que Haya de la Torre fuese impedido de desembarcar en Panamá del barco en que viajaba, en el mes de diciembre de 1929 .
El nuevamente desterrado líder del APRA llegó a Hamburgo, desvalido materialmente, en los primeros días de enero de 1929. Permanecería en Alemania hasta mediados de 1931, rehaciendo las menguadas fuerzas del naciente aprismo entre los latinoamericanos exiliados en Europa y retomando el contacto con América Latina y Perú.

Candidatura y clandestinidad
El 24 de agosto de 1930, al ser derrocado Leguía, se abrieron nuevas perspectivas para el proscrito Víctor Raúl. Una gran efervescencia social reclamaba cambios y nuevos líderes. El 20 de setiembre del mismo año se fundó en Lima la sección peruana del APRA, convertida en Partido Aprista Peruano en marzo del año siguiente. El flamante aprismo adquirió gran dinamismo con la llegada al país, en noviembre de 1930, de líderes de gran valía como Manuel Seoane y Carlos Manuel Cox. No faltaron los primeros embates represivos. El primer Congreso del Partido, en agosto de 1931, lanzó la candidatura presidencial de Haya de la Torre, quien acababa de cumplir 36 años; la Constitución peruana exigía no menos de 35 años para poder aspirar a la Presidencia.

Víctor Raúl retornó al Perú por el puerto de Talara el 12 de julio de 1931 y, tras una intensa campaña política en el norte del país, llegó a Lima el 15 de agosto. El 20 de agosto se incorpora a las labores del I Congreso del Partido con un memorable discurso, ante una nutrida concurrencia, en el teatro "Lima", en el distrito obrero de Los Barrios Altos. La tarde del 23 de agosto de 1931, en la Plaza de Toros de Acho, expone el célebre Discurso Programa, innovador en la política peruana en cuanto a Plan de Gobierno y pieza maestra en cuanto a desarrollo concreto e inmediato de los grandes lineamientos del aprismo. La presencia y el mensaje de Víctor Raúl hicieron del PAP un movimiento de honda repercusión popular, un fenómeno nunca visto antes en el país. La derecha mostró desde el inicio hostilidad y temor ante el aprismo. Las elecciones se realizaron el 11 de octubre en un clima de creciente inseguridad y tensión. Los resultados oficiales dieron el triunfo formal al autor del derrocamiento de Leguía, convertido en general, Luis M. Sánchez Cerro, pero se cuestionó aquel resultado por los palmarios fraudes cometidos, evidenciados años después al descubrirse las ánforas conteniendo los votos auténticos de aquella jornada comicial, sepultados en una bóveda de la Plaza de la Inquisición en Lima.

En respuesta, mediante una írrita "Ley de Emergencia", se impuso una oprobiosa tiranía, que incluyó el receso del Congreso Constituyente y la deportación de los representantes apristas. En Lima, Chicama, Trujillo y otras ciudades, las protestas populares fueron acalladas con gran violencia, "con el saldo trágico de casi una víctima por día", como escribiera Víctor Raúl.

El gobierno de Sánchez Cerro desató tenaz persecución contra Haya de la Torre y el APRA. Se inició una guerra civil contra un partido que convocaba multitu'des y prometía 'Pan y libertad', logrando el respaldo fervoroso de la juventud, los trabajadores organizados y el pueblo pobre de todo el país. En julio, en Trujillo, Huaraz y otras provincias del norte del Perú, el pueblo en rebelión se enfrentó al gobierno usurpador enarbolando las banderas del APRA. Las paredes de las ruinas de Chanchan fueron escenario del fusilamiento de miles de mártires apristas, que enfrentaron la muerte con el puño en alto y dando vivas al aprismo. Victor RaúI fue apresado el 6 de mayo de 1932 y se le mantuvo incomunicado y bajo amenaza de pena de muerte hasta el 30 de abril de 1933, día en que Sánchez Cerro fue asesinado. Haya de la Torre recibió amnistía el 10 de agosto del mismo año. Nuevamente fue perseguido, a partir del 27 de noviembre de 1934.
Durante aquel amargo periodo, bajo la dictadura del general Benavides, se organizaron y fracasaron varios intentos para asesinar a Haya de la Torre y desbaratar la tenaz resistencia aprista. En 1942, desafiando el cerco represivo, Haya de la Torre dirigió la realización de una Convención Nacional aprista que aprobó el "Plan para la afirmación de la democracia en América", propugnando la tesis del "Interamericanismo democrático sin Imperio". Dicha tesis llamaba a cerrar filas contra las fuerzas agresoras del Eje niponazifascista, condenando como profascista todo gobierno dictatorial en América.

Entre 1932 y 1945 el PAP fue ganando a pulso mayor libertad de acción. Finalmente, en 1945, triunfó una fórmula electoral promovida y secundada por el APRA que elevó a José Luis Bustamante y Rivero a la Presidencia. Tal régimen duró apenas tres años y dos meses. En este periodo Haya de la Torre impulsó la puesta en práctica del Congreso Económico Nacional, aprobado por la Cámara de Diputados en junio de 1946, y publicó tres libros fundamentales: La defensa continental (1942), Y después de la guerra, ¿qué? (1946) y Espacio tiempo histórico (1948).

El Señor Asilo
Ante el temor de que el gobierno de Bustamente fuera sucedido constitucionalmente por un gobierno aprista, presidido por Haya de la Torre, el 3 de octubre de 1948 el APRA y su máximo líder fueron otra vez objeto de persecución y declarados fuera de la ley. La nueva dictadura castrense, presidida por el general Manuel Odría extremó las medidas represivas contra el APRA. El 3 de enero de 1949, perseguido de cerca y amenazado de muerte, Víctor Raúl se asiló en la Embajada de Colombia en Lima.
Ante la negativa del gobierno peruano a otorgar el salvoconducto de salida, el asilo duró cinco años, tres meses y cuatro días.El Tribunal de Justicia Internacional de La Haya, que vio el asunto, rechazó las imputaciones del gobierno de Lima contra el derecho de asilo y dio dos fallos, el 20 de noviembre de 1950 y el 13 de junio, de 1952, importantes moralmente pero instificientes en lo político, aunque influyeron en la X Conferencia Panamericana, celebrada en Caracas, que finalmente forzó al gobierno peruano a otorgar el salvoconducto correspondiente en 1954. Con todo, la inquina oficial manchó la majestad de aquel acto con un decreto ponzoñoso en que se arrebataba a Haya de la Torre el legítimo derecho a su ciudadanía peruana, mientras se conculcaba también al aprismo su derecho a la libertad política. Estas restricciones fueron derogadas gradualmente bajo el segundo gobierno de Manuel Prado.

Candidato despojado
Entre 1954 y 1961 Haya de la Torre viajó extensamente por Europa, Asia y América. Volvió al Perú en breves ocasiones, una de ellas con motivo del III Congreso del PAP, en 1957, y para conmemorar el Día de la Fraternidad, cada 22 de febrero. En ese periodo escribió intensamente en diarios y revistas, participó en conferencias internacionales y dictó charlas en varias universidades. Fue huésped de honor en México, Uruguay, Puerto Rico, Israel, India, Yugoslavia, Islandia y muchos otros países.
De estos años data su amplia simpatía por el cooperativismo nórdico, el despegue industrial de Taiwan, los kibbutz de israel, el noalineamiento internacional del líder hindú Nehru y la formación de la Comunidad Económica Europea. Sus libros Mensaje da la Europa nórdica (1956), Treinta años de aprismo (1956) y Toynbee frente a los panoramas de la historia (1957) dan fe de la maduración de su ideario, a tono con las nuevas inquietudes del pensamiento politico mundial, sin apartarse de su indoamericanismo y antiimperialismo esenciales. Victor Raúl estuvo entre los primeros estudiosos de la politica mundial que vaticinaron la degeneración imperialista del sistema soviético.En las elecciones de 1962, Victor Raúl postuló nuevamente a la Presidencia, resultando victorioso con el 32,98% de los votos válidos, pero sin la mayoría absoluta, para la cual le faltaba apenas 5.000 votos. Correspondía al Congreso, con mayoría aprista en ambas cámaras, elegir al presidente. Las Fuerzas Armadas emitieron entonces un pronunciamiento contra el fallo del Jurado Nacional de Elecciones y derrocaron al presidente Manuel Prado.
Poco antes, el 4 de julio de 1962, Victor Raúl habia pronunciado en la Casa del Pueblo el memorable Discurso del veto, renunciando con conmovedora hidalguía a su condición de presidente virtualmente electo. Al año siguiente, 1963, en elecciones ensombrecidas por la amenaza de un nuevo golpe militar, la candidatura presidencial de Haya de la Torre obtuvo el segundo lugar con el 34% de los votos, mientras Fernando Belaúnde logró el 39%. Sin embargo, el APRA consiguió nuevamente la primera mayoría en ambas cámaras legislativas. Entre muchas iniciativas políticas parlamentarias dignas de mención, correspondió al aprismo la dación de la Ley de Reforma Agraria del 31 de mayo de 1964 y la convocatoria a la creación del Parlamento Latinoamericano el 7 de diciembre del mismo año.

Dictadura militar
El 3 de octubre de 1968, cuando el APRA era el único partido unido y prestigiado, unánimemente reconocido como el indetenible vencedor de las elecciones del año siguiente, un grupo de miembros de las Fuerzas Armadas acaudillado por el general Juan Velasco derrocó al presidente constitucional e inició un proceso de costosas reformas, realizadas en forma autoritaria y con gran despliegue demagógico. Los resultados de este experimento se hicieron patentes en dos hechos: la autorrectificación de las Fuerzas Armadas el 29 de agosto de 1975 y la gravisima crisis económica e institucional que aquejó a la República.
No obstante la política de acoso y provocación al aprismo ejercida por la dictadura del general Velasco, Víctor Raúl se reincorporó desde 1969 a su patria para dirigir su partido y exigir continuamente un diálogo creador y efectivo, destinado a considerar democráticamente los cambios necesarios para superar los viejos problemas estructurales que impedían el desarrollo del país. Reclamó en el Día de la Fraternidad de 1972 no la vuelta al pasado, al viejo sistema parlamentario, sino la convocatoria a una Asamblea Constituyente, que sentara las bases de una democracia socialmente más avanzada y a tono con la nueva realidad del país.
Entre el mes de febrero de 1969 y 1978 Haya de la Torre abandonó el Perúi en dos breves ocasiones, ambas para ir a Venezuela. La primera fue en mayo de 1976 para asistir como invitado de honor a la cita de la Conferencia de Partidos Políticos de Europa y América Latina en Pro de la Solidaridad Democrática Internacional. La segunda, para recibir el 1 de setiembre de 1977 la condecoración de la Orden de Francisco de Miranda de manos del presidente Carlos Andrés Pérez. Luego viajó para cuidar su salud a Houston y Hamburgo.

Presidencia y muerte
En 1978 el gobierno militar, presionado por la opinión pública peruana e internacional, convocó a elecciones para una Asamblea Constituyente. Las exigencias del aprismo, que incluían el voto para los jóvenes de 18 años, habían sido escuchadas. El veterano lider aprista, ya de 83 años de edad, aceptó el reto de encabezar la lista de su partido en los comicios. Bajo el sistema del voto preferencial, Haya de la Torre fue ungido por una aplastante mayoría de votos. A su vez el aprismo obtuvo la más numerosa representación partidaria de esta Asamblea Constituyente.
Dicha asamblea eligió a Víctor Raúl como su presidente, cargo desde el cual demostró un espíritu tolerante y democrático que reconocieron todos los sectores políticos. Trazó la pauta de una Carta Constitucional que reconociera los más avanzados derechos sociales y a la vez obtuviera la buena voluntad de todos los grupos participantes. Abogó ante el gobierno militar por los reclamos populares que eran elevados a la Constituyente y fue el principal promotor de un proceso ordenado de preparación para el restablecimiento de las plenas libertades. Fue una etapa de reconciliación y fraternidad en torno a la figura patricia de Víctor Raúl que auguraba una democracia superior para nuestra patria. Cumpliendo esta alta misión sufrió un repentino decaimiento de su salud en enero de 1979. El 20 de febrero, cuando se preparaba a participar en la celebración aprista del Día de la Fraternidad, sufrió un fuerte debilitamiento. Hizo una breve aparición, muy delicado de salud, en el local partidario de la Casa del Pueblo el 23 de febrero.

Ya no pudo reincorporarse a sus labores en el Congreso. El 10 de marzo viajó por exigencias médicas a Houston, donde se confirmó el avance irreversible del cáncer pulmonar diagnosticado por los médicos peruanos. Al volver en abril se vio obligado a permanecer bajo estrictos cuidados médicos en su casa de Villa Mercedes. Allí firmó el original de la nueva Carta Magna el 12 de julio. Allí también recibió la condecoración de la Orden del Sol en su máximo grado el 27 de julio. Lo sorprendió la muerte el 2 de agosto.

Su cuerpo fue conducido en conmovedora procesión que se detenía de ciudad en ciudad, a lo largo de los 560 kilómetros del trayecto desde Lima hasta su Trujillo natal. Allí fueron sepultados sus restos en una tumba cuya losa dice: "Aquí yace la luz". Haya de la Torre vivió y murió con la misma sencillez y desprendimiento que lo caracterizaron desde sus días de juventud. No dejó otro legado que su vasta obra intelectual y política y su ejemplo vital de integridad y entrega indesmayable por sus ideales.

El mensaje escrito
Durante su existencia, además de la vigorosa acción política que desarrolló, Haya de la Torre ejerció el periodismo en diferentes revistas y periódicos del Perú, América y Europa. Es conocida su larga y fructífera colaboración en las revistas Cuadernos Americanos de México, Ercilla de Chile y Bohemia de La Habana, y en los diarios La Tribuna de Lima, El Norte de Trujillo, Excelsior de México y El Tiempo de Bogotá, entre muchos otros. Una pequeña parte de su abundante producción periodística ha sido recopilada en libros hoy considerados clásicos como Por la emancipación de América Latina (1927), Teoría y táctica del aprismo (1931), Construyendo el aprismo (1933), Política aprista (1933), La defensa continental (1942), etc. Sus libros doctrinales centrales son El antiimperialismo y el APRA (1936), Espaciotiempo histórico (1948) y Treinta años de aprismo (1956). Sus Obras Completas publicadas en 1977 reunen aquellos libros ya conocidos y ampliamente reeditados hasta 1957. Queda un vasto catálogo de artículos, folletos y discursos aún sin recopilar en unas verdaderas y definitivas Obras Completas. Son importantes las recopilaciones póstumas de discursos, como Fraternidad con todos los peruanos (1991), artículos, como Víctor Raúl en El Tiempo (1988) y Haya de la Torre en Cuadernos Americanos (1990), así como ediciones facsimilares de documentos y declaraciones, como Haya de la Torre peregrino de la unidad continental (1989) y Haya de la Torre peregrino de la fraternidad bolivariana (1990), publicados por el Instituto Cambio y Desarrollo y el Instituto Víctor Raúl Haya de la Torre bajo la dirección de Luis Alva Castro.

Fuente : www.hayadelatorre.org

RESUMEN IDEOLÓGICO DEL CONCEPTO DOCTRINARIO DEL APRA

Por : Rodher Rossini Saenz.
La ideología de nuestro partido es nativa, autónoma y cuenta con personalidad teórica propia. Sostiene la obligación de la creatividad política , al efecto, propugna la afirmación de una genuina perspectiva de análisis de los problemas nacionales, que conduzcan a la formulación de principios y acciones auténticos e idóneos para resolverlos.
El APRA, reconocer fuentes de inspiración tanto en el campo de las ideas como en el de los acontecimientos sociales. En el primero se encuentran. El hegelianismo, el anarquismo, El MARXISMO, y, de manera singular, El relativismo. En el segundo destacan la Revolución Mejicana y la Reforma Universitaria. De Hegel, incorporó la dialéctica. El anarquismo le legó su identificación laboral y su enfoque libertario. El Marxismo le dio un método para la interpretación crítica de la realidad; del Relativismo, adoptó el Principio del Espacio-tiempo. La Revolución Mejicana y la Reforma Universitaria, le señalaron el papel determinante que corresponde a la participación social masiva y organizada en la gestión y forja de los hechos políticos de gran significación histórica.

El APRA, como organización representativa del Frente Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales aspira a una pacifica transformación social que elimine la explotación del hombre por el hombre, instaure una auténtica sociedad antiimperialista, democrática popular y económica que permita la construcción de una sociedad más justa, más libre y más culta para armonizar el cambio social y desarrollo.
El APRA considera al hombre como el fin y gestor de la historia, sin posibilidades de ser usado como instrumento para nada ni por nadie. El Estado, las ideologías y los partidos políticos en el campo social, deben estar en función del mismo, Consecuente con ese postulado humanista, propugna la vigencia objetiva de las garantías democráticas, los derechos humanos y las libertades fundamentales, especialmente las de la opinión y comunicación. El APRISMO, estima que el problemas fundamental del Perú, es su dependencia del imperialismo, que busca sus propios beneficios económicos y políticos, propicia la desarticulación de los pueblos y aliena la vida y los valores culturales y espirituales de sus habitantes.

El imperialismo impide, por tanto, su plena realización nacional, acción en la que tiene como alienados a sectores de la clase dominantes oligárquicos o político-sindicales enajenados a sus intereses.
El antiimperialismo llega así a constituirse en el rasgo que mejor tipifica al Aprismo, Los sectores afectados por la situación de dependencia, la clase trabajadora, los intelectuales, los pequeños y medianos propietarios, industriales y comerciantes agrupados en una gran frente policlasista de trabajadores manuales e intelectuales, deben llevar adelante el esfuerzo de liberación nacional, erigiendo un nuevo tipo de Estado, el Estado antiimperialista, La tarea principal del Estado antiimperialista es sentar las bases de una Economía Orgánica, con objetivos y metas claramente definidos con el fin de llegar al establecimiento del Congreso Económico Nacional que a partir de la Concertación Nacional, conjugue la participación democrática de los trabajadores y las instituciones involucradas en la producción, propugna asimismo, la instauración y mantenimiento del pluralismo económico, basado la existencia de diferentes tipos de propiedad privada, estatal, autogestionaria cooperativa, con énfasis en esta última.

El APRA aspira a que la riqueza del país encuentre bajo el control predominante de peruanos por lo que plantea Nacionalización progresiva de tierra industrias. Pese a esa posición, propugna y acepta el aporte del capital, la tecnología y capacitación no devenga hegemónica de ningún sector de la Economía Nacional.En el aspecto internacional, finalmente Aprismo identificado con el pensamiento Bolivariano, aboga y lucha por la unidad Integral de América Latina, mediante una progresiva integración económica-política, la formación de un mercado común y la consolidación de regímenes democráticos en los países del área. Este postulado integracionista se complementa con el de solidaridad con todos los pueblos oprimidos del mundo, en el marco de un interdependiente y pacífica convivencia.

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